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lunes, 14 de diciembre de 2009

Ellos, Nosotros, Usted, Yo (por: Raúl M. Arteaga T.)

Hoy por hoy en toda tertulia entre amigos, colegas y/o vecinos surge el temita de actualidad nacional: “Quien tiene la culpa de la situación que vive el país”, la respuesta con una que otra variación normalmente apunta a “Ellos”, aquellos radicales, sinvergüenzas que solo ven sus intereses personales y de clase, aquellos a quienes no les interesa el bienestar del estado.

Pero quienes son ellos?, en este punto ya no existe tal coincidencia. Para los movimientos sociales los “ellos” son los oligarcas, las elites minoritarias, los corruptos políticos, los terroristas y separatistas; para los otros, los “ellos” son las hordas masistas, los irracionales ponchos rojos degüellaperros, los bárbaros administradores de la justicia comunitaria y otros inadaptados de similar calibre; para los dirigentes campesinos de occidente “ellos” son los explotadores y esclavistas q’aras; para los q’aras “ellos” son los ignorantes taras y así podemos seguir adentrándonos en los distintos niveles de la geografía nacional, desde lo nacional hasta lo regional, departamental y provincial, podemos bucear entre las distintas clases sociales, entre las distintas idiosincrasias regionales y siempre, pero siempre vamos a encontrar “Ellos” y “nosotros” y es que en este nuestro país somos tan perfectos, tan atinados en nuestra forma de pensar, tan precisos en nuestra forma de expresarnos, que resulta inconcebible siquiera imaginar que alguien osara pensar distinto y si así sucediera siempre habrá un grupo de descontentos crónicos dispuestos a bloquear, apedrear, agredir, insultar, conspirar y otros verbos de similar envergadura a fin de respaldar nuestras “justas demandas”, mientras más desaforadamente mejor, porque esa es la forma más directa de acaparar la atención de nuestros solícitos medios de comunicación y generar en cuestión de un día, toda una imagen pública digna incluso de atentar contra nuestra endeble democracia y de proyectarnos como mesiánicos representantes de las minorías oprimidas sin mayor oposición ni reacción de las mayorías reprimidas y agredidas.

Estamos enfermos, si señor, sufrimos una enfermedad terminal cuya cura podría haberse resuelto hace tiempo atrás con una cirugía mayor, sin embargo, todo lo que venga ahora solo será como la morfina que se administra a aquellos pacientes que no tienen opción de vida, simplemente una droga para embrutecernos temporalmente. Nos han vendido la idea que la nacionalización de los hidrocarburos, que la asamblea constituyente, que el referéndum autonómico y algunas otras propuestas surgidas muchas veces desde la razón o muchas desde la pasión, serían la “cura milagrosa” para las unos, pero paralelamente “el más letal veneno” para los otros, siempre así, en esa exagerada polarización, en esos irracionales extremos viendo el mundo con se veía la TV en la década de los 70’s en blanco y negro o mejor dicho en blanco o en negro, nunca en colores. Nos venden la certeza de que todo lo que podamos pedir, desde mas bonos, tierras, casas, en fin todo lo tangible y monetizable, son posibles de conseguir a punta de agresiones y violencia porque nadie en este país tan democrático le quiere dar una oportunidad a la democracia, a las decisiones tomadas por mayoría y no por griterío, al poder de la razón y no a la razón del poder.

En un país pobre entre los pobres como el nuestro todos piden, piden aumento de salarios pero la mayoría no quiere pagar impuestos, Piden inversiones productivas pero no se deja comerciar con otros países para que ingresen divisas, piden industrialización de los hidrocarburos pero no se genera seguridad jurídica para que las empresas extranjeras se sientan atraídas a invertir en el país, en fin cada cual tiene su propia lista de peticiones pero nadie tiene una lista de compromisos con Bolivia. Pero ya que estamos en eso, tal vez se podría sugerir un par de demandas, una de ellas podría ser la renuncia del Sr. Obama a la Casa Blanca, también podríamos proponer la nacionalización de la Unión Europea, la sindicalización de Wall Street, que la selección boliviana clasifique a todas los mundiales sin jugar eliminatorias y otras brillantes iniciativas que nadie aún ha percibido y que podríamos exigir en un país en el que cualquiera sea el gobierno de turno, debe ser como mínimo un híbrido entre brujo, callahuaya y pitoniso.

Y así mi estimado amigo usted y yo, “nosotros”, podemos seguir despotricando contra “ellos” contra toda esa caterva de insensatos que nos están llevando, o mejor dicho empujando contra el abismo negro y profundo de la inviabilidad como país, del racismo, del regionalismo, de la desconfianza y el descrédito internacional.


Pero usted se puso a pensar cual es su aporte a la solución de este problema?, usted ha levantado su voz, ha hecho escuchar su descontento?, pues me imagino que si es como la mayoría, no lo hizo…., por que?, porque al igual que yo, con seguridad vivimos encerrados en nuestro día a día, en nuestra rutina y obviamente mientras este mare magnum aparezca en el horizonte lejano como las negras nubes de una tormenta que hoy todavía no nos toca, no sentimos la necesidad de actuar. Mañana cuando nos haya llegado, cuando vivamos una realidad contra la que no tuvimos el coraje de actuar en el marco de la cordura y el respeto de los derechos ajenos, nos reuniremos nuevamente en una tertulia entre amigos, colegas y/o vecinos y nos plantearemos la pregunta: “Quien tiene la culpa de la situación que vive el país”, y la respuesta será la más común, la más fácil….”Ellos”

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